martes, 6 de noviembre de 2012


De la ceniza al diamante
Sí, no es una tontería, con la tecnonología de hoy en día es posible convertir la ceniza de un cadáver en un diamante. Los emprendedores suizos Willy y Brimer saben bastante sobre física, química y anatomía y, según ellos, la composición del agua después de la cremación es muy similar a la que se obtiene en la creación de diamantes. El diamante es en sí un elemento de la ceniza, así como el vapor y el hielo son elementos del agua.
Los dos jóvenes se dieron cuenta desde el inicio que su idea prometía. Desde un punto de vista psicológico, la urna es un recuerdo para los familiares, pero la imagen de la misma es fría y distante. Aunque se hayan vivido momentos excepcionales con el difunto, la primera impresión, al mirar la caja, es siempre de luto. Con los diamantes, sin embargo es distinto. Con cada leve movimiento de la piedra aparece una nueva luz. No en vano se considera a los diamantes el símbolo de la eternidad, el recuerdo y el amor.

Florencia De Michele

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