viernes, 23 de noviembre de 2012

Obtienen plástico biodegradable a partir de desperdicio lácteo

Con el aprovechamiento del suero de leche, un subproducto de la industria láctea, Hazael Pinto Piña y Álvaro Rodríguez Sánchez, de la empresa Desarrolladora de Soluciones Sustentables, buscan producir plástico biodegradable.
Después de cuatro años de trabajo, actualmente el proyecto se encuentra a un paso de producir ácido láctico, el principal insumo para la creación de plástico PLA (ácido polilactico cuyo principal fabricante a nivel mundial es Nature works) y que no se genera en nuestro país.
“Cuando iniciamos el proyecto nos dimos cuenta que no había ácido láctico en México y si queríamos ser productores de PLA, teníamos que asegurar el abastecimiento de este material porque importarlo nos elevaría los costos y eso nos dejaba fuera del mercado”.

“Ahí, nos enfocamos a obtener el ácido láctico; ahora utilizamos el lacto-suero, la lactosa, y la transformamos a través de un proceso de fermentación después la purificamos y finalmente el ácido puro lo polimerizamos y generamos la resina con las condiciones que el mercado nos demanda”, explicó Pinto Piña.
Con ello, buscan asegurar la tecnología y salir al mercado con un producto, como lo es el ácido láctico que se utiliza como conservador en la industria alimenticia, principalmente, en salsas, carnes, embutidos y, a partir de ahí, generar recursos que ayuden a continuar con el proceso del plástico biodegradable.

“Contamos con una planta piloto enfocada a la producción de ácido láctico que tendrá un punto de producción de 300 toneladas anuales de este insumo”.

“Ahí no vamos a producir nada de plástico todavía pero esa cantidad de ácido láctico nos puede ayudar a crear de 200 a 250 toneladas de plástico biodegradable al año”, detalló Rodríguez Sánchez.

Actualmente el precio de la resina de PLA tiene un costo que oscila entre los 35 y 40 pesos por kilo, mientras la resina tradicional se cotiza entre 20 y 22 pesos, por lo cual es fundamental el desarrollo de la tecnología que puede asegurar un insumo más competitivo en el mercado del plástico.

“Hay un margen considerable y sobre todo en una industria que compites por precios, te deja prácticamente fuera, no te deja competir por más biodegradable que sea porque cualquier empresa lo que busca es reducir costos”.

“Por eso nos introducimos al ácido láctico, para reducir costos; por ejemplo, en la producción de ácido láctico ya somos competitivos porque andamos entre los 22 y 25, que es el rango en México, por ello la planta piloto nos ayudará a corroborar la factibilidad tanto técnica como económica”, agregaron.

Con el aprovechamiento del lacto-suero de leche, el cual es considerado como un desecho en la industria láctea, también se logran beneficios al medio ambiente ya que cada mil litros desechados de este líquido equivalen a las aguas negras que producen 450 personas.
El proyecto, que cuenta con dos patentes, obtuvo el Premio Santander a la Innovación en 2009 así como el apoyo del Programa InnovaPyme de Conacyt y del Fondo de Innovación del estado de Nuevo León.
“Esa primera etapa fue fundamental para nosotros porque, además del estímulo económico que nos permitió acceder a equipo, a conocimiento, nos ayudó adquirir conocimiento técnico, de inversión, de manejo de fondo, de recursos, de optimización de personal”, señaló Hazael Pinto.


                                 KEVIN CIPOLLONE

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