Las partículas uniformes y precisas mas pequeñas del mundo
Este notable avance se debe al trabajo de expertos de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
Adaptando la tecnología que abrió el camino para la fabricación de transistores por la industria electrónica, el equipo ha resuelto por primera vez cómo crear partículas para llevar material genético, fármacos y otros compuestos inauditamente pequeños y uniformes. Las partículas son tan diminutas que pueden diseñarse y construirse para medir apenas cien nanómetros de diámetro.
Dirige el grupo el Dr. Joseph M. DeSimone, profesor de química e ingeniería química en la mencionada universidad y también en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Hasta ahora, las técnicas más habituales para la formación de partículas eran incompatibles con los materiales orgánicos ya que involucraban la cocción al horno, el grabado con ácidos o el procesamiento con metales robustos y con disolventes que habrían destruido la materia orgánica más frágil como los genes o los fármacos.
El nuevo método evita los tratamientos rudos pero también permite la formación uniforme de partículas en cualquier forma sólida escogida por el diseñador: esferas, varillas, conos, etc., y esencialmente cualquier composición. El proceso, relativamente simple, también evita crear películas o capas de escoria que aglomerarían las partículas entre sí, en vez de permitir obtenerlas de manera independiente unas de otras.
Esto contrasta con la impresión litográfica tradicional mediante moldes de silicio, cristal, o cuarzo, dónde es difícil de eliminar el material residual entre los objetos.
Pueden diseñarse partículas para inyectar en el cuerpo que sean biodegradables. Algunas se hacen del mismo material que las suturas quirúrgicas. Incorporan como cargamento cualquier material biológico que los diseñadores quieran conseguir introducir en el torrente sanguíneo de los pacientes para lograr un mejor efecto en las células y conseguir de este modo incrementar la eficacia de diagnósticos o terapias.
Los estudios con varios compuestos orgánicos han tenido mucho éxito.
El proceso comienza con la fabricación de una plantilla maestra en una Sala Blanca, un recinto con limpieza y aislamiento comparables a los de un quirófano, para tareas de electrónica tan delicadas como las operaciones quirúrgicas. A partir de aquí, los especialistas dejan impresiones con lo que ellos llaman Teflón líquido, y los moldes resultantes se parecen algo a las bandejas de cubos de hielo con cavidades diminutas en ellos. Después de eso, moldean el portador y los frágiles materiales funcionales en cualquier forma de partículas que quieran, y suavemente las extraen de los moldes con soluciones en ampollas u otros recipientes para concentrarlos. Luego ya pueden inyectarse.
ALUMNO KEVIN CIPOLLONE
Adaptando la tecnología que abrió el camino para la fabricación de transistores por la industria electrónica, el equipo ha resuelto por primera vez cómo crear partículas para llevar material genético, fármacos y otros compuestos inauditamente pequeños y uniformes. Las partículas son tan diminutas que pueden diseñarse y construirse para medir apenas cien nanómetros de diámetro.
Dirige el grupo el Dr. Joseph M. DeSimone, profesor de química e ingeniería química en la mencionada universidad y también en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Hasta ahora, las técnicas más habituales para la formación de partículas eran incompatibles con los materiales orgánicos ya que involucraban la cocción al horno, el grabado con ácidos o el procesamiento con metales robustos y con disolventes que habrían destruido la materia orgánica más frágil como los genes o los fármacos.
El nuevo método evita los tratamientos rudos pero también permite la formación uniforme de partículas en cualquier forma sólida escogida por el diseñador: esferas, varillas, conos, etc., y esencialmente cualquier composición. El proceso, relativamente simple, también evita crear películas o capas de escoria que aglomerarían las partículas entre sí, en vez de permitir obtenerlas de manera independiente unas de otras.
Esto contrasta con la impresión litográfica tradicional mediante moldes de silicio, cristal, o cuarzo, dónde es difícil de eliminar el material residual entre los objetos.
Pueden diseñarse partículas para inyectar en el cuerpo que sean biodegradables. Algunas se hacen del mismo material que las suturas quirúrgicas. Incorporan como cargamento cualquier material biológico que los diseñadores quieran conseguir introducir en el torrente sanguíneo de los pacientes para lograr un mejor efecto en las células y conseguir de este modo incrementar la eficacia de diagnósticos o terapias.
Los estudios con varios compuestos orgánicos han tenido mucho éxito.
El proceso comienza con la fabricación de una plantilla maestra en una Sala Blanca, un recinto con limpieza y aislamiento comparables a los de un quirófano, para tareas de electrónica tan delicadas como las operaciones quirúrgicas. A partir de aquí, los especialistas dejan impresiones con lo que ellos llaman Teflón líquido, y los moldes resultantes se parecen algo a las bandejas de cubos de hielo con cavidades diminutas en ellos. Después de eso, moldean el portador y los frágiles materiales funcionales en cualquier forma de partículas que quieran, y suavemente las extraen de los moldes con soluciones en ampollas u otros recipientes para concentrarlos. Luego ya pueden inyectarse.
ALUMNO KEVIN CIPOLLONE
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